Permíteme hacer un par de cosas. Odiarte con todo mi ser porque no sientes lo mismo, porque tu cuerpo no te obligue acercarte a mi para obtener un rose (como me manda el mió). Detestarte porque tus ojos se escapan hacia otra que no soy yo, mientras los míos no dejan de ver la escena, mientras mi cabeza se repite que me hace falta para que me mires con un poco de esa necesidad. Dejame tener ganas de quitarte tu guión, porque rompiste la conexión de los personajes.
 Luego de tu rechazo inconciente, que simplemente fue el que me diera cuenta que significo para ti, y que tanto significas para mi, permíteme una ultima cosa. Decirte que realmente, nunca voy a odiarte. Nadie puede obligarte a sentir algo, ni todos mis deseos desesperados tendrían (podrían) que convencerte. Te prefiero lejos, un poco a la defensiva, antes de que me mientas con algo como esto. No pienso detestarte, no porque no quiera, porque sinceramente seria más fácil para mi ego, si no porque no puedo.
Y antes de irte…Quiero decirte que posiblemente te odie y te quiera con tanta frecuencia, intensidad y sincronización, que termines llamándome l o c a. Vas a tener que tomar en cuenta que me juega en contra mis sentimientos frustrados, y mi adición hacia vos.