“Quiero aprender...". Una vez más. “Quiero aprender te…”. Respira, exhala. “Quiero aprender teatr”. Termina la puta frase milagros. “Quiero aprender teatro”. Bien, ahora repetilo con más fuerzas, como si pensaras que sos lo suficientemente lista para lograrlo. Fingí, actúa. “Quiero aprender teatro. Yo quiero aprender teatro. Teatro”. Bueno, no finjas tanto…Asustas.
El solo hecho de imaginarme empezar algo nuevo me produce algo raro en la boca del estomago, que digo solo en la boca del estomago, me desestabiliza todo mi cuerpo, mis cabales. Va no cuando pienso, si no cuando quiero convertir mis imaginaciones en hechos. Me paralizo, me inunda una inseguridad tan grande que me asfixia. Quiero empezar muchas pero muchas cosas, y cuando estoy apunto de dar un paso hacía ese objetivo, todo se nubla. Pierdo estabilidad, y me tiemblan las manos. Un remolino empieza a aparecer, se los juro, aunque no me guste jurar.
Y entonces pienso, no es para mí. Ella piensa no es para mi, le creo. Después terca, como solo yo lo entiendo, me digo: Que importa si no es para mi, a mi me gusta. Y entonces vuelvo al espejo y quiero repetir:
” Quiero empezar teatro”.
Pero después me doy cuenta que eso no se le tendría que decir a mi reflejo, nunca nos ponemos de acuerdo. Tengo que decírselo a la persona que piensa enseñármelo o a un grupo. Pero… Otra vez me siento chica. Diminuta. Y entonces ella tiene razón.
- Queres pero no haces.
El solo hecho de imaginarme empezar algo nuevo me produce algo raro en la boca del estomago, que digo solo en la boca del estomago, me desestabiliza todo mi cuerpo, mis cabales. Va no cuando pienso, si no cuando quiero convertir mis imaginaciones en hechos. Me paralizo, me inunda una inseguridad tan grande que me asfixia. Quiero empezar muchas pero muchas cosas, y cuando estoy apunto de dar un paso hacía ese objetivo, todo se nubla. Pierdo estabilidad, y me tiemblan las manos. Un remolino empieza a aparecer, se los juro, aunque no me guste jurar.
Y entonces pienso, no es para mí. Ella piensa no es para mi, le creo. Después terca, como solo yo lo entiendo, me digo: Que importa si no es para mi, a mi me gusta. Y entonces vuelvo al espejo y quiero repetir:
” Quiero empezar teatro”.
Pero después me doy cuenta que eso no se le tendría que decir a mi reflejo, nunca nos ponemos de acuerdo. Tengo que decírselo a la persona que piensa enseñármelo o a un grupo. Pero… Otra vez me siento chica. Diminuta. Y entonces ella tiene razón.
- Queres pero no haces.