"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."- Pablo Neruda.

Seguidores

jueves, 29 de diciembre de 2011

Yo no me quemo con fuego, lo hago con hielo.


Necesito tiempo. Conjuntos de minutos, horas, días o meses ( ¿también te gustarían años?) para que vuelva a existir un puente entre mi cabeza y mi mente. Para que el nido de avispas aparezca mágicamente  a otro lugar, sin dejar evidencias de que alguna vez estuvo ocupando un espacio en mi cabeza. Tiempo, para que unos ojos no me hagan entrar en cortocircuito. Para jugar al poker con el Señor miedo, y ponernos apostar. O quizás podemos jugar un truco, y empezaría a cantar desafinadamente un par de envidos.
 Quiero tiempo, para poder tragar de un modo más tolerante las cosas, para poder traducir lo que muestra mí espejo sin asustarme en el intento (cada día más irreconocible ese reflejo). Para encontrar, crear o dibujar el valor necesario  para mandar todo a la mierda, al quinto subsuelo.
Necesito desesperadamente eso, quiero con un par de remordimientos eso… El jugoso y/o empalagoso tiempo. No todo puede ser tal cual lo planteo, ni mucho menos como lo plantean.
Se que no tengo que asustarme con tanta facilidad, y sentir con menos dificultad ¿Pero lo has notado?.Cada vez que dices algo, o me atrapan tus manos, empiezo a temblar…Y yo no puedo con eso. No quiero, ni necesito eso.
Dame tiempo, para jugar a eso de que irse lejos puede llegar a liberar nuestros más profundos secretos y limpiar nuestra alma…
No te aseguro nada, solo que si eso que dicen es verdad, no voy a contarte aquellos profundos secretos o mostrarte mi alma reluciente. No, para nada. Voy a empezar a jugar a que “el cambio” esta por empezar.


“A veces le damos demasiada importancia al tiempo, cuando deberíamos dársela a las acciones que hacemos durante el periodo de ese"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu única obligación en cualquier período vital consiste en ser fiel a ti mismo.

Richard Bach