Es que uno no puede quedarse siempre en el mismo lugar, no se puede fingir que no te diste cuenta del marchitar de tu flor preferida. No se puede, o sí.. sí se puede pero hacerlo nos lleva lejos.
Y una vez que nos fuimos bastante lejos, es difícil volver. Y siempre va a ver algo reclamándonos, estemos donde estemos. Una parte nuestra, desesperada por qué la conozcamos.
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