Esos momentos donde no te carcome la necesidad de disculpaste son donde te parece buena idea poner tu mejor cara. La mejor, una que en ninguna otra obra te hubieses animado a mostrar; talvez por que era probable recibir abucheos en presencia de esa, o por el miedo de que te la quieran robar. Ya que hay tanta gente hambrienta últimamente de sonrisas. Y no hablo precisamente de esas que siempre me rodearon, no, no hablo de otras. Con otra forma, con otro olor, no son ni verticales, ni horizontales. Tampoco huelen a excremento ni a manteca de cacao, ni a un perfume familiar. No, una sonrisa, una posta, una verdadera. Talvez que sea una así fue el motivo de que el espectáculo se halla venido abajo al cabo de dos semanas, ya que al parecer la transparencia nunca va a ser una moda, pero eso es otro tema...
En esos momentos donde te das cuenta a que tantas cosas te aferraste para no sentirte tan desecha y aun así esas te convertían en una piedra; y hasta parecía a veces preferible estar desnuda antes de tener toda esa mierda puesta. Que no interesa de donde te veas, siempre, siempre...Te va a quedar demasiado grande, o demasiado chica. Ya que cualquier cosa que te pongas, si no sos vos, no sirve. Ni aderezos para combinar, ni sal, ni demasiada azúcar. Las cosas sirven si son autenticas, seducen de una forma extraordinaria, algo así como la música...
En esos momentos donde te acordas todas las mierdas que tiraste y comiste, son donde te reís como una desquiciada y miras con una sonrisa tonta a quien lastimaste y decís: " yo me perdone, ahora te toca a vos"...
En esos momentos donde la razón se perdió en el bosque jugando con un par de confusiones, son donde ya no importa nada. Donde el muerto se burla del degollado; el degollado conversa con el culpable; y el culpable mira de reojo a la próxima victima, mientras que la victima ve un mapa. Uno que ni siquiera tiene gráficos, ni autopistas, ni fechas. Solo tiene un punto, quizás en ese punto este el. Ya que siempre los victimarios se terminan perdiendo, pero que mas da?.Son esos momentos donde la victima quiere jugar, una y otra vez, con el muerto, el degollado, el odioso, el envido, el rencoroso, con la espina dorsal y con un hilo dental ; una y otra vez...Una y otra vez.
En esos momentos donde te das cuenta a que tantas cosas te aferraste para no sentirte tan desecha y aun así esas te convertían en una piedra; y hasta parecía a veces preferible estar desnuda antes de tener toda esa mierda puesta. Que no interesa de donde te veas, siempre, siempre...Te va a quedar demasiado grande, o demasiado chica. Ya que cualquier cosa que te pongas, si no sos vos, no sirve. Ni aderezos para combinar, ni sal, ni demasiada azúcar. Las cosas sirven si son autenticas, seducen de una forma extraordinaria, algo así como la música...
En esos momentos donde te acordas todas las mierdas que tiraste y comiste, son donde te reís como una desquiciada y miras con una sonrisa tonta a quien lastimaste y decís: " yo me perdone, ahora te toca a vos"...
En esos momentos donde la razón se perdió en el bosque jugando con un par de confusiones, son donde ya no importa nada. Donde el muerto se burla del degollado; el degollado conversa con el culpable; y el culpable mira de reojo a la próxima victima, mientras que la victima ve un mapa. Uno que ni siquiera tiene gráficos, ni autopistas, ni fechas. Solo tiene un punto, quizás en ese punto este el. Ya que siempre los victimarios se terminan perdiendo, pero que mas da?.Son esos momentos donde la victima quiere jugar, una y otra vez, con el muerto, el degollado, el odioso, el envido, el rencoroso, con la espina dorsal y con un hilo dental ; una y otra vez...Una y otra vez.
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