"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."- Pablo Neruda.

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miércoles, 24 de agosto de 2011

Cuestion de lados.Cosas que nunca le cerraron.


Y ahí estaba ella. Se había cansado de las sobras, del agua poco potable que le traían desde la otra punta del mundo. De los chistes que nunca terminaban de sonar, de tener que hablar cuando suene el compás, el moverse a un ritmo cordial. Se había cansado, y simplemente empezó a caminar en dirección contraria. Empezó a chocarse con bastantes personas, todas esas molestan le escupían en la cara; pero parecía no importarle .Y si, estaba tan acostumbrada a esas cosas, que ya le resultaban indiferentes. Reciba directo en su cara zapatos elegantes; cartas nunca entregadas; corbatas sucias con vinagre; denuncias pocas veces justas; leyes y morales masticadas por docentes sin una pizca de esperanza. Básicamente sentía una avalancha de desastres en su cabeza, pero no le importaba. Talvez por que ella ya era un desastre, y unos cuantos más cerca de su cuerpo no iba a traer diferencia. Pero después pensándolo y viéndola mejor, cuando doblo a la esquina y no uso su paraguas, entendí por que no hacia nada.Basicamente por que si lo hacia, si se defendia, pero a un ritmo diferente a todos. Ella iba por el lado contrario, quizás por eso nadie la noto, esa forma dulce y tan sensual que se movía para intentar esquivar una de las cosas que le arrojaban ( no todas claro, algo malo tenia que pasarle, eso es inevitable).Nadie había notado como las lagrimas ya no se acumulaban en sus ojos avellana de la misma manera, esta vez...Esta vez hacían combinación con su rostro, mostrándola original, parecía fuerte, como nunca antes. Sí, seguía con ese aire a rota, pero al parecer ya no le importa eso.Ella se defendía caminando al lado contrario de toda la muchedumbre, pisando cordones desatados, recibíendo escupitajos.
Ella seguía, por que eso era justamente lo que la mantenía vivita y coleando. Caminando por el centro de esta abandonada, solitaria, ruidosa, y atrapante cuidad.Ahí estaba ella, chocándose con hombros desconocidos mientras la lluvia la empapaba. Toda mojada, su traje arruinado y sus apuntes todos pisoteados. Ahí estaba ella, caminando sin prestarle atencion al semaforo, buscándose.

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Richard Bach