"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas."- Pablo Neruda.

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jueves, 22 de septiembre de 2011

Hace frió en la cuidad pero…Ella arde.

Había tenido un largo e intenso día ayer, de esos que al irte acostar te quedas hasta la madruga pensándolos y analizándolos. Esos días donde miles de pensamientos nocturnos aparecen junto a tu cama, dispuesto a querer tomar rumbo hacia el mundo de los sueños.
Se levanto al día siguiente algo aturdida, pues había pensando mucho. Desde por que los truenos hacen tanto ruido al caer, hasta que político iba a votar. Las lagrimas y su rutinaria depresión quisieron atarla otra vez, ella cedió como de costumbre...Pero hubo una diferencia esta vez...Esta vez todo era distinto.
Se mojo con agua caliente, tomo su café con leche ( mas café que leche) y mordió un trozo de su sándwich de jamón y lechuga( un gran desayuno-almuerzo) y cuando estaba apunto de morder otro bocado; miro al suelo, con una mirada desafiante rompió las cadenas, se paro, dejo su comida, se puso las medias( nunca le habían quedado tan bien), sus zapatillas blancas con franjas naranjas, y se soltó el pelo. Miro hacia la ventana, la abrió y un frió inmenso la abrazo. Habían dicho que iba a ver tormenta, por eso mismo cuando la vieron con ganas de salir le dijeron: Estas loca...Te vas a enfermar, además esta por llover. Ella no freno a escucharlos en ningún momento. Agarro su bufanda multicolor, su campera negra, y se perdió en la gran cuidad- aunque estaba vacía en estos momentos- y cruzaba cada esquina con suma pasión, como si estuviera recibiendo algún premio por hacerlo. La lluvia inundaba todas las calles, y la empapaba, pero ella estaba entretenida jugando con la bola ocho de sus llaves, para pensar en eso. Volvieron a llamarla para decirle que vuelva, que se iba a enfermar, también le preguntaron si sucedía algo ya que no era común en ella repartir tanto entusiasmo. Ella no respondido, esta vez empezó a correr, había tenido un largo, largo día ayer que la hizo pensar...Que importaba si se iba a enfermar, si ya estaba enferma…Le tenía pánico a los nuevos ambientes; Que importaba si llovía, si siempre que hubo sol, en su mundo había una tormenta. Después de un largo e intenso día había comprendido que no importaban las condiciones, por que no siempre vamos a estar a la altura de esas o esas de nosotros…Decidió lanzarse a la pileta sin nada a su favor...

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Richard Bach